El ojo otro.

Me mande al super 8,
hay cosas que lo digital
nunca podrá registrar.

Las molestias del revelado
y los riesgos del proyector
son un placer más,

un riesgo fetichista e innecesario,
como hacerse cosquillas con un tenedor
o echarse perfume en ciertas partes los feriados.

Además está esa cosa del cine,
del arte, del aura de la obra,
de captar luz y alma en una máquina.

Y tener una máquina en la mano
no es algo que se deba despreciar,
una cámara se parece demasiado a un arma;

Y ya sabemos bien lo que un revólver
o un lente nos pueden hacer
al hundirnos su ojo hasta desalmarnos.

Pero con una cámara y un revólver
cargo dos ojos demasiado exigentes;
...........................................................dos ojos negros,
...................................................................que me parecen,
............................................................................demasiado humanos.



Microrrelato: Reflejo.

© Copyright Oscar Grillo 2008


Soy como los vampiros, dice. Ningún espejo me refleja, dice.

Pinta autorretratos para tener con quien charlar. Pero las respuestas que estos le dan son solo parcialidades de lo que él cree ser.

Se siente solo, se aburre.

Un día se hará una máscara con el retrato que mas odia. Seguirá estando solo, pero ya no lo sentirá.


(La imagen que inspiró este microrrelato fue robada del sitio http://okgrillo.blogspot.com/ y es propiedad de Oscar Grillo.
Amiguetes de APP visiten el blog de Oscar, hay miles de dibujos tan geniales como este.)

Oferta del Día%. Claudia Vieli

Me mande al súper
y le pregunte a una empleada
si en las góndolas de carnes
ella tambien se ofertaba,
me miró y dijo: ¿efectivo o tarjeta?,
me retiré triste,y sin tocarle las tetas.



*****

Comentario de Carlos Autieri:
Repulsivamente machista, una vez más Claudia Vieli se pone sobre los hombros la piel del lobo y sale a asustar caperuzas y comer abuelas.
Extraña poetisa petisa en formato Crumb, Vieli toma los más íntimos pensamiento Masculinos y los convierte en enseñanza y advertencia para sus congéneres, revelando asi sus propios fetiches y miedos (las fantasías de prostitución y esclavitud se revelan cada vez con mayor intensidad en el relato).
La comercialización de la carne en este texto pone tanto al ser humano como al animal en la misma linea del consumo capitalista; ya no existe consumidor y consumido, Vieli nos dice que el "equilibrio" se ha perdido, y ahora todos somos mercancía.

Vieli con su disfraz de lobo nos dice que el cuento se ha roto; ya no hay canastas que llevar, ni mantos rojos que nos protejan del frío; el bosque finalmente se ha transformado en selva. Y el poema termina, como no podia ser de otra manera, en amarga frustación.

(Publicado en http://extractodeblanco.blogspot.com/)

Sumergido.


Obra conjunta Autieri - Vieli. del 2005, creo.