Jugar a los monitos, redondeando la cuadra. A lo lejos se ve la catedral.

Cada uno en su lugar, el que pierde: pierde.

Corriendo en determinado momento para huir de la baldosa asignada, esquivar, saltar, quedarse congelado, condenado, prisionero, esclavo;

la araña cada vez mas larga persigue. La soga se enreda en el pie y... prenda!.

Jugar a los desgraciados monos, a los perdidos de sus casas.
Jugar a las marionetas, a la mamá, a los soldados.
Clavar clavos, robar, robar y robar; Molestando al vecino y su siesta.
Rumores en verano, juegos de calor sofocante.
Matamoscas, besos y mosquitos.

Algunas metáforas poco ortodoxas acerca de la vida de las mariposas.

Recordando rulemanes con membrillo,
solo algunas pretenciones destacadas;
va surcando sin fanal la vida,
con la verga al hombro refilada.

Encontrando entre remiendos los pesciolos
de preciosos mares presumidos,
con los dedos ralos ralecidos,
la camisa al viento descorchada;

Por la verga al hombro y malerida,
la bendita mierda regalada;
va cambiando sola la madrina;
madriguera triste y quebrajeada.

El insulto fataliza la cosecha,
la niñera muerta abandonada,
la botella rota y un ungüento
que la deja solamente embarazada.