Tensará la cara,
mientras cae del cielo
la baba del diablo.
Labiando el contorno
(al filo desnudo)
apunta hacia adentro,
afirmando hasta siempre
y serás responsable
de lo que deseches.
Contarás veinte dedos,
renunciando a la muerte
a cada signo dorado
a cada última cena.